Existen varios tipos de molinillos de oraciones: Los pequeños con un mango de madera, que se sostienen en la mano y se hacen girar continuamente, que se usan para un uso personal y que se pueden utilizar tanto sentados como caminando.
Otros más grandes que están fijos, clavados en un eje vertical, y que a menudo se disponen en hilaras a lo largo de una ruta que lleva a un templo o en la entrada del mismo. Las personas que lo desean, al pasar frente a ellos lo pueden hacer girar con la mano.
Hay incluso unos que son más grandes, pueden llegar a los dos metros de altura, y se suelen instalar en capillas o estupas. Estos molinillos de forma cilíndrica normalmente llevan unas asas para poder tirar de ellos.
Sea cual sea su tamaño o emplazamiento, el principio del molinillo de oración es siempre el mismo. El molinillo es sólo un envoltorio. Dentro de los molinillos encontramos lo esencial; una hoja de papel enrollada en el eje del molinillo y que está impresa con Mantras. Los Mantras Son fórmulas sagradas enunciadas por Buda que se han conservado en lengua Sánscrita. Un mantra constituye una forma oral de realidad despierta, además de una fuerza benéfica que le es inherente. Recitar un mantra, verlo, oírlo o tocarlo, nos permite entrar en la corriente de esta fuerza.
Hacer girar un molinillo de oraciones, es poner en movimiento la energía de los mantras que lleva dentro. Es esparcirla y difundirla por todas partes. No es sólo beneficioso para la persona que hace girar el molinillo, si no que también lo es para todos aquellos hombres, mujeres, animales o espíritus sobre los que actúan las ondas energéticas que emanan los mantras.
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