- La noción del buen augurio. El buen augurio ocupa un lugar muy importante en la mente de los tibetanos. En el Budismo estos símbolos no se conciben como una serie de elementos independientes, sino como una red interdependiente donde cada elemento depende de los demás y se ve influido e influye por el resto de los elementos.
Los símbolos auspiciosos poseen la capacidad de favorecer la felicidad en el presente y el destino dichoso en el futuro.
El uso de estos símbolos es muy amplio. No solo los vemos en los muros y paredes de los templos, si no que también los podemos encontrar como motivos decorativos. Cuando se recibe a un gran lama, es costumbre dibujarlos con polvo blanco en el camino que ese lama tomará. También en el momento de la entronización de la reencarnación de un gran lama, es costumbre ofrecer una representación de los ocho símbolos pintados en pequeñas cartulinas.
- El parasol.
Simboliza la actividad que protege a los seres. En esta vida, los preserva de enfermedades, de los obstáculos, de los accidentes, de los espíritus malignos, etc. En sus vidas futuras los protege de los tres mundos inferiores ( infiernos, espíritus ávidos y animales ).
El parasol representa también la alegría de la fiesta de los actos positivos refrescada por su sombra.
- Los peces de oro.
Auguran la ausencia de temor de los seres cuando se liberan del peligro de ahogarse en el océano del sufrimiento del Samsara y poseen la capacidad de moverse libremente en el mundo de la transmigración, así como un pez se mueve en el agua, libremente y sin temor.
- La vasija de los tesoros.
Representa una larga vida, llena de riqueza, prosperidad, sabiduría y todo lo que es bueno para los hombres en el ámbito temporal y el espiritual. Su apertura, en la parte superior, se encuentra coronada por una joya resplandeciente.
- El loto.
La flor de loto significa la purificación del cuerpo, de la palabra y de la mente así como la plena expansión de la actividad benéfica en el estado de liberación.
- La caracola dextrógira.
La caracola blanca dextrógira, es decir, que se enrolla hacia la derecha, simboliza el sonido del dharma profundo, que se difunde a lo lejos, despierta a los seres del sueño de la ignorancia y los incita a realizar su propio bien así como el bien de los demás.
- El nudo sin fin.
El nudo sin fin, o nudo infinito, representa la interdependencia de todas las cosas, especialmente de la práctica del dharma y del sostén que la sociedad le aporta.Simboliza también la unión de los medios y del conocimiento, la inseparabilidad de la vacuidad y de la originación interdependiente. Desde el punto de vista del despertar, simboliza la unión de la sabiduría y de la compasión.
- La bandera de la victoria.
Representa la victoria sobre las negatividades y los obstáculos gracias a los actos realizados por el cuerpo, la palabra y la mente. También testimonia la completa victoria del dharma sobre las fuerzas del mal.
- La rueda.
La rueda de oro simboliza la puesta en movimiento de la rueda del dharma, es decir, la propagación de las enseñanzas de Buda, a la vez bajo su forma teórica y bajo su forma práctica, en todas las direcciones y en todas las épocas, enseñanza gracias a la cual, todos los seres conocen la felicidad de los actos positivos y de la liberación.
El origen de los ocho símbolos es bastante oscuro y desconocido. Se encuentran en textos Indios muy antiguos, aunque no se ha encontrado nada sobre las razones que prevalecieron sobre su elección.
Posteriormente se estableció un paralelismo entre los símbolos auspiciosos y el Buda;
- La palabra de Buda es comparable a la caracola.
- Su cabeza al parasol.
- Su cuerpo a la bandera de la victoria.
- Sus ojos a los peces de oro.
- Su cuello a la vasija de los tesoros.
- Su lengua al loto.
- Su mente al nudo sin fin.
- La planta de sus pies está marcada por una rueda.
Te mostramos a continuación algunos artículos de nuestra web relacionados con los símbolos auspiciosos. Clica en la foto para saber su precio.
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